Todo lo que hagas en la vida será insignificante;

Pero es muy importante que lo hagas porque nadie más lo hará. Como cuando alguien entra en tu vida y una parte de ti dice: no estás mínimamente preparado para esto; pero la otra parte dice: hazlo tuyo para siempre.

Dame el tiempo que no te haga falta

Y prometo invertirlo en caricias en tu espalda.

A mí no me dices lo que quiero escuchar.

Recorrer la curva de su espalda de arriba abajo con mis dedos, susurrarle al oído que lo quieres y que lo vas a echar de menos. Conocer cada uno de los lunares que cubren su piel, saber su localización exacta y acariciarlos con besos. Por qué solo yo sé lo que es que se despierte, y te dé los mejores buenos días que te hayan podido dar en la vida, y te bese.


Puedo escuchar hasta el ruido de las ruedas por la calle y no quiero decir 
que él conduzca tan despacio, no hay nada en la radio, oigo el ruido del 
ascensor mientras sube, escucho el timbre, el sonido de sus pasos al 
principio del pasillo. El solía entrar, ahora.. no se que decir.
Y ahí me dijo adiós, ahí fue la ultima vez, el comiendo de cada noche
sin poder dormir se abrió paso en mi vida desde aquel día. La primera 
lágrima que lloré, ni ya la recuerdo. Aquí viene el dolor, y ahí estoy yo 
deseando que las cosas nunca hubieran cambiado, no olvidaré aquella 
vez que sus brazos me rodeaban una fría noche de diciembre.
Puedo escucharlo decir “te amo como si fuera ayer” y  cuando lo veo
pasar indiferente por la calle, sí que en su rostro está escrito que me
echa de menos, se siente mal, realmente mal.
¿Por qué tuvo que pasar tan rápido?
¿Por qué te fuiste sin ni siquiera
avisar?  Antes de que las luces se apaguen de nuevo y me dejen sola,
completamente sola, quiero decirte, que siempre recordaré cuando me
dijiste adiós…

Quería amiga mía;


¿Por qué fuiste tan cruelmente destronada de tu bello reino? ¿Quién te hizo tanto daño? ¿Quién pretendió acabar contigo destruyéndote? Prefiero que no des nombres… Mantengamos ese anonimato que tanto tiempo lleva rondando entre líneas y líneas.
Y sabes que realmente me gustaría salvarte, sabes que lo que más deseo en este mundo es que vuelvas junto a mí, te echo de menos, y eso también lo sabes.
Felicidad, ¿eres consciente del daño que él me hizo al acabar contigo? Además, el sabe que tiene la capacidad de revivirte, de encontrarte, de guiarte en el camino de vuelta a  mi vida. Pero no quiere, no quiere hacerlo. Solo le basta con mover un dedo, pero ni eso va  a hacer por mí. Él dice que yo también destruí su felicidad, pero ambos sabemos que no es cierto, que ni se lo parece.
Solo te pido una cosa. Vuelve, por lo que más quieras, vuelve. Aprende tú sola a encontrar el camino de vuelta a mi vida, y por favor, hazlo sin él. Te necesito, y lo sabes.
Sabes esos días cuando todo es tan oscuro que ni siquiera puedes pensar.
Y sientes que ha acabado y que el camino equivocado que has ido siguiendo ya llegó a su final.


Dime que el silencio que hay entre nosotros pronto quedará en un despertar y al fin terminará. Dime que esa imagen que hay en mi cabeza será la que vea al madrugar.
Dejo ese momento en el cajón del olvido y recuerdo tu olor y pienso en esas cosas que te hacían tan maravilloso, y que ahora están lejos y en tu interior.



Y pienso que si un día ya no estás echaré de menos hasta tu caminar, tu despertar  y tu forma de hablar. Incluso echaré de menos su mal humor, su estar mejor, su pelo y su olor...