Todo lo que hagas en la vida será insignificante;

Pero es muy importante que lo hagas porque nadie más lo hará. Como cuando alguien entra en tu vida y una parte de ti dice: no estás mínimamente preparado para esto; pero la otra parte dice: hazlo tuyo para siempre.

Y ya han pasado 155 días, se dicen rápido, pero se sienten lento… 3720 horas desde de que marchaste y me dejas aquí, sola, con tu recuerdo acompañado de esa nostalgia; invadiendo cada uno de mis pensamientos cada mes, cada semana, cada instante.

Y puede que para ti haya sido difícil, pero no te puedes imaginar ni un poco lo duro que ha sido para mí.  Porque en estos 155 días he escrito cosas que nunca supe que sería capaz de escribir, en estos 155 días por mi corazón han pasado sentimientos imposibles de describir ni con todas las palabras hermosas o repugnantes del mundo.  Te quiero, eres una de las mejores personas que tengo ahora mismo en mi vida, me encanta estar contigo… Cuantísimas veces hube de haber oído esas verdades, que de un día para otro se convirtieron en asquerosas mentiras, llantos y arrepentimientos…
Y supongo, que tendré que esperar otros 155 días a que quieras devolverme mi felicidad, nunca sabré por qué te la entregué, pero si sé que ese fue uno de los mayores errores que jamás cometí…

Versos y a veces mentiras.

Que voy a empezar diciendo que no te quiero, y voy a continuar dando mil y una razones de ello. Porque fuiste tú quien me dio alas para que pudiera volar y luego sin una breve y coherente explicación, me las cortaste. Me dejaste arrás del suelo y ahí es donde voy a continuar. Porque hay veces que te necesito, hay veces que realmente te necesito, y otras que no; ¿Qué quieres que te diga si hay veces que tampoco me entiendo a mí misma? 
¿Te acuerdas cuando todo esto empezó? Ahora nuestra relación es una situación escandalosamente aburrida bañada en lágrimas y recuerdos que solo las puede secar una persona con sus te quieros y sus besos. La misma persona que te crea; es la que te puede destruir más fácilmente. Pero él ya no está. Porque los malos recuerdos son para ti como imborrables cicatrices que nunca cicatrizarán y permanecerán ahí. Que yo te echo de menos de vez en cuando, muy de vez en cuando; en cuanto pienso en ti. ¿Tú me echas de menos a veces? Respuesta que no quiero saber y deseo escuchar. 
 Porque es verdad esa otra historia de que del amor al odio hay un solo paso, aunque a mí me pareció eterno y un jodido mar de dudas. Para ti fue todo un error. Te he visto y ya no te recuerdo; no te quiero recordar. Para mi, fue mucho más. Te he visto, te quiero, me enamoro, la cago, te vas y no te olvido. Y para colmo, siempre te recuerdo. Joder, todo el mundo se está volviendo loco ahora que pensé que estábamos cuerdos… 
Y esto que nos pasó, ni tu ni yo somos capaces de explicarlo. Aunque yo creo que todo esto vino porque yo jugué a quererte, y tú me has ganado. Porque tú no sabes lo que es depender por completo de una persona con el poder de destruirte en su boca, y tampoco sabes lo que es llegar a casa borracho como una cuba y pedirle un deseo a los aviones que cruzan el cielo creyendo que son estrellas fugaces. 
Y tampoco sabes que podría seguir dando mil y una razones para intentar convencerme de que no te quiero. Pero de lo único que me he convencido, es de que la primera frase de estos versos, es completamente mentira.
Es curioso, como poco a poco, vamos pasando página; o al menos, intentándolo. Porque eso de olvidar o hacer como que olvidas es más fácil de decir que de hacer. Te duermes leyendo un sms suyo diciéndote buenas noches, y te levantas con otro dándote los buenos días. ¿Se puede pedir más? Está todo el día pensando en ti, apenas se puede concentrar en otra cosa que no sea en tus labios, y cuenta los días, horas y minutos que faltan para verte. Te dedica textos y textos demostrándote su amor, y tú como una tonta, haces lo mismo. Pero hay algo que falla en todo esto. Hablemos de porcentajes; para él, tú eres un 80% de su vida, en cambio, para ti él es un 20% de la tuya. Tengo que repetir algo; ¿Se puede pedir más? La respuesta es sí, creo que la verdadera respuesta a eso, es que, por una vez en tu vida, realmente, te lo merezcas...