Todo lo que hagas en la vida será insignificante;

Pero es muy importante que lo hagas porque nadie más lo hará. Como cuando alguien entra en tu vida y una parte de ti dice: no estás mínimamente preparado para esto; pero la otra parte dice: hazlo tuyo para siempre.

A voice inside my hear...


Cuando estabas a mi lado, podía tirarme horas y horas mirándote en silencio, o escuchándote y oyendo tu voz; en estos momentos, al no tenerte cerca de mí parece que me haya quedado sorda.
-¡Solo oyes lo que te interesa! –Me reprochaste una vez, y yo, lo único que pude hacer fue agachar la cabeza y darte la razón. Porque solo te escuchaba a ti, que eras lo que me interesaba más que nada...
Y ahora solo puedo recordar cuando me dijiste que cuando pasan los días, vas olvidando a la persona a la que quieres, con las semanas te acuerdas cada vez menos de ella. Me prometiste que con los meses, el verbo querer pasa de ser presente a ser pasado. Pero yo no hablé de querer, si no de amor, y tú de amar no me dijiste nada…  Lo único que me queda por hacer, es esperar a que pase el tiempo, y con suerte el verbo amar se convierta en querer y de ahí se confunda con el pasado y su olvido correspondiente. Voy a fumarme otro cigarrillo de esos que tú me enseñaste a liar, y a cerrar los ojos, para intentar no verte, o al menos, sentir aquellos momentos en los que estabas a mi  lado reprochándome que solo oía lo que me interesaba, lo que quería escuchar… En definitiva, para conseguir oír tu voz, a ti…
Lo que menos me gusta de echar de menos a alguien es que funciona a rachas. A días. Por momentos. En lugares concretos. Cuando menos te lo esperas. Llega sin avisar. Se queda un tiempo indefinido. No puedes dejar de hacerlo. Aunque lo intentes. Escuece. Duele. Quema. Pica. Desgarra. Rompe. Congela. Hiela. Arde. Arranca. Hiere. Desquebraja. Te hunde. Te asfixia. ¿He dicho qué duele?. Duele. Mucho. Te despiertas y no sabes qué va a pasar. Porque a veces, como dice Joaquín Sabina, hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos. 
¿Pero sabes qué? Se pasa, siempre se pasa, te lo prometo.
Cuando no haya quien me reconduzca ni me reconozca, por favor, alza la voz y dí que tu lo haces mejor que nadie. Cuando haya más alcohol que sangre en mis venas, o cuando esté de mal humor, por favor, ayúdame. Hazme abrir los ojos y volver a respirar. Cuando nuestro fin llegue, persígueme de camino a mi casa, haz que no me sienta olvidada ni melancólica, persígueme, suplícame que no me vaya. Ponte de rodillas y dime que estás igual de loco por mi como desde el primer día. No te merezco, lo sé, pero tú a mi tampoco.  Y si esta vez nos separamos, lo haremos a sabiendas de que en realidad  nos amamos, y lo que pasa es que estamos locos y firmemente confundidos.

No tienen ni puta idea.

Ya no sé ni cuantas veces me habrán llamado puta, y ya no recuerdo ni el momento en el que dejó de importarme que lo hicieran. Por que sé perfectamente, que ellos hablan sin saber, que nunca han conocido a una puta de verdad, a una explotada, a una mujer con el suficiente valor y coraje para vender su cuerpo y compartir sus intimidades con completos desconocidos.
Ellas nunca han hecho el amor, nunca han besado de verdad y nunca han sentido nada más que el mero placer de recibir una compensación económica por algo que se les da bien hacer. 



Quizá ellas hayan amado llegaron a amar o siguen amando, pero esa sensación solo les era correspondida cuando las llamaban princesas, y no putas. La diferencia entre ellas y yo, es yo he hecho el amor en lugar de follar, he besado con la sinceridad de una niña de cinco años a los hombres que he querido en un determinado momento y actualmente, estoy amando. Ellos solo quieren decirme puta, cuando en realidad saben perfectamente que lo que soy es una jodida princesa.
Un día estabas deslumbrando de la felicidad y hoy, te arrastras pidiendo perdón Te das cuentas de que a veces se deben que hacer cosas malas , se tiene que decir palabras crueles e hirientes (por que la verdad es así , cruel e hiriente pero te ayuda) para que entiendas como es la vida, todo muy bonito al principio, todo perfecto, pero debes enterarte de que de la noche a la mañana, el fuerte en el que estabas metida, se puede desmoronar solo con un soplido suyo. Sabes que te has equivocado en varias ocasiones, él te lo ha dicho, y tú, has intentado mejorar, pero luego la historia se repite de nuevo, y vuelves a cagarla otra vez…
Y pasó, lo que mas temías. Se termino lo que mas amabas, acabaste echando de menos a quien no debías, y no te acordaste de que si pecas pagas y te costó caro. Todo ocurre, tarde o temprano - pero ocurre…

Cuando uno tiene motivos de quejarse de un amigo, conviene separarse de él temporalmente, y desatar, más bien que romper los lazos de la amistad.