No quería romper aquel silencio con alguna estupida palabra en el momento menos oportuno. Era la cosa más sencilla pero algo que no olvidaría fácilmente, tú y yo, abrazados en mi cama con la luz apagada, parecia una habitación de película con una escena de película. Bajaste la cabeza y me besaste, ¿qué más podía pedir? Tenía a la persona a la que más quería y era una imagen perfecta... Casi era feliz, pero tenía la sensación de que otra vez más todo se rompería y no quedaba mucho... Era la constumbre, siempre pasaba, pero esta vez estaba más asustada que nunca. No quería perderte una vez más, y lo peor de todo, daba por sentado antes de repetir la escena de nuestra película de siempre, que iba a volver a pasar...
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